carta no enviada

Creí que nunca te volvería a escribir, pero evidentemente ahora soy yo la encargada de sorprenderme. Escuché una canión de The Cure, aunque no me guste, y dijo cosas que me hicieron pensar en vos. Todavía tengo muchos furcios, y te reconozco en cada lugar donde miro. Estás en todos lados, me condené a vivir con ese fantasma y tu sonrisa que es el monstruo que más me sigue. Es la primera vez que te lloro desde el domingo, y no me llama la atención. Te escribí un libro, por todos los cielos. Y todo lo que soñé y sueño tiene tu marca, tu perfume lejano. Nunca me entendiste y está todo bien con eso, pero lo único que yo siempre quise fue tu autenticidad. Y me quedé sola en una cama con un peso muerto. Y el recuerdo de un pelo fucsia y una nube naranja. Todo con vos fue sorpresa y maravilla. Y admito que no te extraño ni un segundo. Me enorgullece tenerte en mi vitrina, y me enorgullezco de estar en la tuya. Esto quizás sea lo último que te escriba, o quizás no. Lo que sé es que pronto el recuerdo de tu presencia me va a abandonar. Tu toxicidad con él. Una sonrisa va a aparecer en mi rostro para cuando eso suceda. Ahora sólo espero y me preparo. Ha sido un sueño difícil de cumplir tenerte, aunque sea un ratito. Fuiste todo lo que quise pero cuando quise otra cosa, a vos no te surgió seguirme. No te culpo en lo más mínimo. Pero tal vez