vómito vacío

qué bajón no haber ido al trabajo hoy. trabajar sin el quilombo de los monos merodeando por ahí, sin el tiempo de un cigarrillo con juan o un café con seppo o una charla con maca o bob. todo acá fue cansador, pero al menos la lluvia se portó bien y me hizo un poco de compañía ruidosa. El trabajo que hice hoy fue liviano pero cansador. buscar el pelo al huevo es difícil cuando el huevo es un buen huevo.

pero me dí una buena ducha. una ducha rápida que me sacó el frío. y más tarde (recién) me planché el pelo. es curioso que la mayoría de las veces que me plancho el pelo sea en días lluviosos. poco efectivo. a veces es bueno plancharse el pelo. blanquea la mente.

y bob volvió de su viaje por los siete mares. lo extraño a él y a su alegría constante. dijo que trajo chocolates y cosas que escribió, que lo inspiré entre otras cosas a volver a escribir. qué genial. muero de curiosidad.

nada bueno sale ahora, sólo una bitácora del día de hoy, que fue como poco soso. nada llamativo sucedió. me levanté de buen humor y mi cabeza estuvo apagada todo el día. debería haber estudiado pero algo me hizo negarme a hacerlo. ya sé que hay algo por ahí que me bloquea. pero todavía no lo veo.

en el fondo del mar y tengo muchos, muchos metros para nadar hasta la superficie. no sé si me vaya a llegar el tubo de oxígeno. por acá todo es muy tranquilo, pero oscuro. oscuro por la inmensidad y la quietud. patalear no va a hacer la gran diferencia... patalear no va a hacer la diferencia.

y si no tuviese ese receso por la famosísima gripe, esta semana tendría el parcial esperado: un respiro. pero no sucede así. el respiro espera y yo con él. habrá que esperar dos semanas, estudiar dos semanas, para volver a tiempos de parcial.




pero todo esto que escribo hoy es vacío y circunstancial.
como mi cerebro ahora.