y el espiral, claro
y qué te podría decir que ya no te dije? si todo se mueve de manera espiralada, vuelve al mismo lugar pero siempre un poquito más adentro, un poco más al centro. Hasta que vuelve al afuera conceptual, como cuando estás ebrio y todo se mueve indescriptiblemente en el tiempo y el espacio y la percepción del espacio en tus ojos y tu cráneo latiendo (latente) -- pero lo que te quiero decir siempre se termina quedando en el qué te puedo decir, y no avanza más, sino que gira y se retuerce en mi mente de novata, y toda esa expresión que jamás llega a expresarse y en vez de eso encuentro comida o tema de conversación liviana. Pero siempre queda ese regusto de pensamiento, esa sensación de que volví a olvidar lo olvidado, volví a pender el pendiente una vez más como una llamada al doctor o a un gran amigo que ahora está lejos y que por alguna razón no lo busco desaforada con intención de acercarlo a mi qué te puedo decir si todo siempre vuelve al afuera. Y vos, Lu, que vas a dejar de aparecer por un mes de tal vez más o menos treinta y cuarenta y dos y veinte días, pero no vas a estar tan cerca como tácita forma de cariño y observación mutua, sino que vas a estar en tu casa o en una camilla y aunque te visite o acose a tu hermano por información sustancial, vas a permanecer algo o bastante lejos, porque tu hermano no va a saber contarme qué color tiene tu sonrisa a cada minuto o si hoy estás más eléctrica que actoral, y por más que te visite todos los días la actitud de visita no es la misma que la actitud de convivencia. Pero pronto volverás y tal vez las cosas vuelvan a ser como antes aunque jamás las cosas vuelven a ser como eran, sino que vuelven en forma de espiral, siempre para adentro hasta que saltan ebrias hacia afuera o atrás o al costado para volver a empezar u ondular en lo indescriptible. Pero siempre mágico y con sabor a fruta de estación, eso seguro.
2 Comments:
Este es el momento en que respiro, te miro en silencio, espero que termines de dar esa pitada del cigarrillo, y te abrazo dándote palmaditas en la espalda.
Te lo digo porque me toca estar lejos. Hoy, somos silencio.
Y yo, a vos, ahora te pregunto. Porque por esta vez necesito de tu compañía, y de un poco de amor, el que sea que te sobre por algún escondite de la oficina.
Si realmente era necesario este papel de actriz hospitalaria que me tocó jugar. Si era necesario, que todas esas palabras sean un espiral de sin fin de cosas que te quiero decir y que vos me queres decir, y que todos queremos decirnos, y que nadie entiende como se pierden en un mate.
Miraba la bombilla desconsalada, porque no te tenía lo suficientemente cerca como para intentar golpearte con ella, y debe ser por eso que se escondió atrás de los tenedores.
Y, como si fueses alguna especie de oráculo te pregunto, a vos, qué me va a pasar mañana, que me da tanto miedo enfrentar.
Violeta, Cosa significante de este pedaso de tierra, que se hace llamar alma. No quiero extrañarte, ni a vos, ni a nadie.
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