Engranajes

scapitibabidibabidibum.

scapitibabidibabidibum trrrrrrrrrram.

squitaplataplam.

scapitibabidibabidibum.

supiti-plum.

scapitibabidibabidibum, squitaplataplam, squitaplataplam.

supitiplum.

los escuchas? 

ah, sí: los engranajes de mi cabeza.

qué divertido, hacen un ritmo bastante pegadizo.

Suena a comida chatarra y paranoia.

«Habiendo dicho eso, y entre estos símbolos poco usuales y amistosos, me pregunto el por qué de todo este drama pasado por agua pasado por tacos pasado por dolor de espalda y champagne. Champagne se escribe con 'c' y no con 's', bestia peluda. A lo mejor sea mejor decirle yampán, qué vamos a venir a hacernos los francesitos ahora. Qué depresión llegar a casa luego de una travesura y que sea de noche, nunca un día, nunca un rayo de sol. Ahora ni tiempo para jugar al ajedrez (que de todos modos no hubiese sabido cómo hacerlo) ni un puto cigarrillo porque bueno, asterisco. Hoy me pregunté por qué ya no escribo cosas entretenidas de leer, mi blog empieza a leerse oscuro y trastornadito. Well not my friento! eso no es siquiera una palabra: no en español, no en inglés- tal vez sí en italiano o por qué no en islándico, que ni siquiera es un idioma. Y el mate hoy tiene un particular gusto a café que tiene un particular gusto a mate. Es la maldición de tomar un termo que antaño ofrecía café y llenarlo con insabora agua... mala idea mala idea señora, no olvide regar el malvón. Y ahora es cuando me acuerdo de unos rulos fabulosos en alguna sonrisa en algun rincón de villa del parque, en los ojos de Priscilla. Oh, Ga está tan lejos y eso de la facultad y el trabajo y los deberes maritales y el perro y el gato y el trabajo práctico y la tía y la madre y la casa y el departamento y el proyecto y el sueño y la tripa y ella y yo. Momento. ¿Eso tuvo sentido?»

Sep. Comida chatarra y paranoia.