Wednesday, July 15, 2009

Un simple cuento y una nota al pie

[El simple cuento]
Andrea caminaba por ahí, ocupándose de sus propios asuntos. El viento hacía que su pollera bailase al ritmo de alguna rumba conocida. Su destino era próximo y ella cantaba lento y bajito para no molestar a los demás transeúntes y, por qué no, a las voces de su cabeza. Andrea tenía un día normal. No llevaba bolso, es tal vez una de aquellas afortunadas que logran ser mujeres sin atarse un bolso a cuestas. Una vidriera descolorida le trajo un recuerdo, y ése mismo trajo consigo tantos más. Apurados, desordenados y coloridos, los recuerdos desfilaron por la mente de Andrea. Luego, lo notó: "Qué genial que Gus exista, el poco tiempo que paso con él es divertido y feliz. Qué bueno que podamos compartir momentos." pensó. Quiso agradecer a Gus por el genial regalo de su existencia, por la magia de su sonrisa. Un detalle nomás fue lo que eligió para hacerlo. Desvió su camino, tomó un colectivo. Llegó donde Gus estaba, y sin más, le regaló un inesperado chupetín.











--
[La nota al pie]
En la última conversación que tuve con Pachi, hablamos de lo siguiente.
Cuando, por razones varias, algo se tambalea en una relación, generalmente vos pensás que la otra persona no nota el tesoro que tiene a su lado. Enumerás todas las atenciones que tenés y tuviste hacia él(o ella), y destacás que él(o ella) nunca lo nota o lo menosprecia. En mi experiencia, me sucedió que cuando noviábamos, Pablo me 'recriminaba' que él era el que siempre se movía hacia mi casa y que no lo hacía porque le gustaba viajar en colectivo, sino porque me venía a ver a mí. En su momento yo desmerecí su planteo: le propuse ir yo para su hogar, le recordé que no tenía que hacer nada en contra de su voluntad. La cuestión es que no entendí que lo que quería decir hasta que yo estuve en su lugar. Lo que hacía era simplemente regalarme su tiempo y su paciencia en el bondi como si fuese un caramelo más. Le dije entonces a Pachi mi experiencia y le recomendé que nunca deje este tipo de cosas implícitas. Porque no se sobreentiende nunca qué cosas son las que salen por naturaleza propia y qué otras son un regalo puntual. Le dije, si mal no recuerdo: decíselo con una mirada o con una notita, sin buscar su aprobación y sin recriminar, decile 'ésto no es de gratis, lo hago porque te quiero y quiero que seas feliz y dedicarte un detalle'.














--
[La conclusión]
Cada vez que me tomo un momento para recordar que existís y que disfruto que así sea, y en consecuencia tengo algún detalle hacia vos, no es de gratis. No compro caramelos para todo el mundo. Lo hago para regalarte una sonrisa, porque sonrío cuando te recuerdo. Podés decirme que no te gusta el regalo, podés re-regalar lo que te regalo. Pero que lo rechaces... te parece que es lindo que me rechaces un regalo, cuando eso es lo que significa para mí?

1 tuvieron la pesima idea de hacer comments

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

me siento especial..... haaaaaaaaaa. chupetines........
comentando nomas. la nota al pie.
el esfuerzo que uno hace es propio y por que quiere, nunca se debe esperar un reconocimiento de su esfuerzo. ya que es de uno. al final de la relacion quizas vos enumeres tus esfuerzos, pero en el momento valia la pena y reembolso no hay asi que, dejalos pasar.
"........Las cosas que haces, son las que te hacen........"
El V.A.

8:58 PM  

Post a Comment

<< Home