un dia perfecto eclipsado por una afortunada desgracia~~
El día de hoy habría sido perfecto. Lo juro.
Hoy me levantpé inusualmente rápido y temprano: hoy tenía mis examinaciones misteriosas en el conservatorio. Sin sorprenderme, el profesor llegó media hora tarde. La segunda vez que lo hacía. Toqué lo preparado de una manera muy satisfactoria, casi bien. Las notas fueron altas. La satisfacción fue también alta. Tuve que esperar más de hora y media para mi siguiente evaluación (audioperceptiva) de la que salí airosamente confundida.
En el colectivo a casa deliré sobre temas existenciales. Es la consecuencia de leer Rayuela. Llegué a casa para almorzar y seguir tocando un tiempo más. Creo que nunca había tocado tan bien. Humberto y yo nos complementamos hoy, probablemente me ponga a tocar de vuelta cuando vuelva a casa luego de soportar las inquisidoras preguntas tiaaurelianas.
Luego de esto, emprendí viaje a retiro para cambiar mi pasaje de ida y comprar el de vuelta. El viaje lo invertí en mirar Rayuela y leer el cielo. Un viaje sublime. Ya en retiro, el amable vendedor de boletos me atendió muy bien y me cobró treinta pesos menos el boleto que debía comprar. Una locura.
Finalizada mi transacción estrella, tenía que encontrarme con Enrra. La consigna era rondar por retiro hasta inevitablemente encontrarnos. Como en Rayuela.
No tardé más de cinco minutos en encontrarlo.
Nuestra conversación comenzó en ese momento. Como es usual, hablamos de cosas existencialistas como Dios y el Universo y todos sus puntos medios. Disfruto mucho hablar con él... es una suerte de reencontrarse con un viejo amigo de alguna otra vida. Llegamos a hermosas conclusiones y nos reimos un rato.
En un momento vino un chabón a vendernos una revista y se quedó hablandonos. Así negro y todo, tenía las respuestas a todas las preguntas que nos planteamos toda la tarde... de hecho tenía las respuestas a TODAS las preguntas. Un verdadero iluminado a quien le deseo la mejor de las suertes y espero no olvidar. Él con su vida tortuosa y su libertad condicional, que de condicional no tenía nada porque era mas libre que todos nosotros juntos, había encontrado la mejor manera de vivir y de ser feliz. Y lo mejor de todo, estaba dispuesto a contarle a cualquier persona (incluída yo) sobre cómo lograrlo. No se guardó nada de su vida ni de sus hallazgos, nos compartió su inmensa paz y todo tuvo sentido. Fue un milagro encontrarnos con ese hombre, hoy todo fue milagro.
Después que él se fue, con Enrra seguimos conversando de cosas no tan existenciales pero no necesariamente mundanas. Hablamos del amor y todas esas cosas que no serviría de nada tipear acá. Íbamos en busca de un poco de sol para solventar el fresco que hacía mientras compartíamos la vida por un rato.
Y eventualmente pasó. Vinieron dos chicos de no más de trece años. Completamente drogados. Supongo que uno quiso pretender que tenía un arma, aunque se caía de obvio que no tenía nada. Como sea, siendo primeriza en esto de los robos, no me arriesgué a que si la tuviera o a una lánguida golpiza de dos críos drogados ni a nada. Dado lo abrupto de la situación, preferí no resistirme a nada y simplemente ofrendé mi nada valioso celular a esos chicos que tanta lástima me dieron. Podría haberles dado una piedra y aun pensarían que recibian un celular, de tan drogados que estaban. Pidieron dinero pero ninguno de los dos teníamos nada. Revisaron el morral de Enrra en busca de dinero o celular y no encontraron nada. Se fueron sin notar que yo tenía algo diez veces más valioso en mi cartera.
Nos fuimos inmediatamente, yo (como buena primeriza) cagada en las patas. Antes de salir de la plaza donde estábamos un señor se nos acerca. Nos pregunta si esos chicos nos estaban robando y nos dice que estaba a punto de llamar a la policía. Que atento este señor, que quiso socorrernos... también espero acordarme de él, aunque no tanto como de el otro personaje que se nos apareció hoy.
Seguido de eso fui a la oficina a avisarle a papicarlos sobre el percance. Lo único que lamento es agregar un problema más a todos los que anda teniendo en estos momentos. Papicarlos anda con mala racha y yo con la poca decencia de lograr que me roben el celular.
Que mala hija (?!)
--LuCulo--
Hoy me levantpé inusualmente rápido y temprano: hoy tenía mis examinaciones misteriosas en el conservatorio. Sin sorprenderme, el profesor llegó media hora tarde. La segunda vez que lo hacía. Toqué lo preparado de una manera muy satisfactoria, casi bien. Las notas fueron altas. La satisfacción fue también alta. Tuve que esperar más de hora y media para mi siguiente evaluación (audioperceptiva) de la que salí airosamente confundida.
En el colectivo a casa deliré sobre temas existenciales. Es la consecuencia de leer Rayuela. Llegué a casa para almorzar y seguir tocando un tiempo más. Creo que nunca había tocado tan bien. Humberto y yo nos complementamos hoy, probablemente me ponga a tocar de vuelta cuando vuelva a casa luego de soportar las inquisidoras preguntas tiaaurelianas.
Luego de esto, emprendí viaje a retiro para cambiar mi pasaje de ida y comprar el de vuelta. El viaje lo invertí en mirar Rayuela y leer el cielo. Un viaje sublime. Ya en retiro, el amable vendedor de boletos me atendió muy bien y me cobró treinta pesos menos el boleto que debía comprar. Una locura.
Finalizada mi transacción estrella, tenía que encontrarme con Enrra. La consigna era rondar por retiro hasta inevitablemente encontrarnos. Como en Rayuela.
No tardé más de cinco minutos en encontrarlo.
Nuestra conversación comenzó en ese momento. Como es usual, hablamos de cosas existencialistas como Dios y el Universo y todos sus puntos medios. Disfruto mucho hablar con él... es una suerte de reencontrarse con un viejo amigo de alguna otra vida. Llegamos a hermosas conclusiones y nos reimos un rato.
En un momento vino un chabón a vendernos una revista y se quedó hablandonos. Así negro y todo, tenía las respuestas a todas las preguntas que nos planteamos toda la tarde... de hecho tenía las respuestas a TODAS las preguntas. Un verdadero iluminado a quien le deseo la mejor de las suertes y espero no olvidar. Él con su vida tortuosa y su libertad condicional, que de condicional no tenía nada porque era mas libre que todos nosotros juntos, había encontrado la mejor manera de vivir y de ser feliz. Y lo mejor de todo, estaba dispuesto a contarle a cualquier persona (incluída yo) sobre cómo lograrlo. No se guardó nada de su vida ni de sus hallazgos, nos compartió su inmensa paz y todo tuvo sentido. Fue un milagro encontrarnos con ese hombre, hoy todo fue milagro.
Después que él se fue, con Enrra seguimos conversando de cosas no tan existenciales pero no necesariamente mundanas. Hablamos del amor y todas esas cosas que no serviría de nada tipear acá. Íbamos en busca de un poco de sol para solventar el fresco que hacía mientras compartíamos la vida por un rato.
Y eventualmente pasó. Vinieron dos chicos de no más de trece años. Completamente drogados. Supongo que uno quiso pretender que tenía un arma, aunque se caía de obvio que no tenía nada. Como sea, siendo primeriza en esto de los robos, no me arriesgué a que si la tuviera o a una lánguida golpiza de dos críos drogados ni a nada. Dado lo abrupto de la situación, preferí no resistirme a nada y simplemente ofrendé mi nada valioso celular a esos chicos que tanta lástima me dieron. Podría haberles dado una piedra y aun pensarían que recibian un celular, de tan drogados que estaban. Pidieron dinero pero ninguno de los dos teníamos nada. Revisaron el morral de Enrra en busca de dinero o celular y no encontraron nada. Se fueron sin notar que yo tenía algo diez veces más valioso en mi cartera.
Nos fuimos inmediatamente, yo (como buena primeriza) cagada en las patas. Antes de salir de la plaza donde estábamos un señor se nos acerca. Nos pregunta si esos chicos nos estaban robando y nos dice que estaba a punto de llamar a la policía. Que atento este señor, que quiso socorrernos... también espero acordarme de él, aunque no tanto como de el otro personaje que se nos apareció hoy.
Seguido de eso fui a la oficina a avisarle a papicarlos sobre el percance. Lo único que lamento es agregar un problema más a todos los que anda teniendo en estos momentos. Papicarlos anda con mala racha y yo con la poca decencia de lograr que me roben el celular.
Que mala hija (?!)
--LuCulo--