Hoy no dormí. Por alguna razón me quise quedar tejiendo toda la noche. Resulta que todo venía muy bien... yo despierta y todo eso. Mi papá fue algo irritante con sus primeros comentarios mañaneros y como que me bajó un poco el ánimo.
Fui tranquila hasta la parada, viendo tres colectivos de la línea que yo quería tomar pasar frente a mí antes de llegar a la parada. pero por alguna razón eso no me molestó: el cuarto (al que me subí) tenía al menos diez asientos libres, esperando ser elegidos por mi trasero. Sin darme cuenta, dormí todo el viaje para despertarme algo desorientada en la boca de subte, justo para bajarme.
El subte fue el lugar donde pasó lo que quería contarles. Luego de leer un poco de mi nuevo INCREIBLEMENTE maravilloso libro de cortázar, decidí sacar mi prominente nariz del libro para no pasarme de estación, cosa que suele pasar gracias a mi propensión a distraerme. En once se subió un chico estúpidamente parecido a Nicolás: el primero, con pelo largo y quince (o tal vez catorce) años. Y ahí fue cuando pasó, lo que les quería contar: no pude borrarme la sonrisa de la cara al recordar en qué situaciones les brillan los ojos a los hombres de mi vida. Hice memoria y me sentí muy alegre, y hasta me hice a mí misma un chiste. Recordé el brillo en los ojos de Nico al hablar de filosofía, música y cualquier tema... en verdad siempre habló con pasión sobre cualquier tema. Lo ví a Pachi con sus innovaciones y proyectos, sus combinaciones y sus nuevos accesorios: todos acompañados con el brillo de ojos. Lo ví a Pablo (Teatro)... y en primera instancia no pude recordar cuándo le brillaban los ojos ((y ahí fue cuando me hice el chiste de "cuando hablaba de cuervos", del que todavía me río)) ... probablemente cuando se hacía el teatral. No pude evitar también plantearme a Marcelo-La-Tarasca y Martin Malvavisco... aunque fueron expulsados de mi indagación mental automáticamente debido a la poca relevancia que tuvieron para mí. Lo ví a Pablo con sus ojos brillantes al mirarme y al hablar de historia y física extraña. Me reí un rato al no acordarme qué le hacía brillar los ojos a Pewen más que la marihuana. Ví a papá con sus ojos brillantes al contar una historia, una anécdota, un hecho histórico. Ví a Mario brillar al llegar con su chiche tecnológico del momento, contento de repetir cuantas-veces-sea-necesario las características y ventajas que tiene. No pude ver los ojos brillando de Andrés, es muy adulto como para ir por la vida con los ojos llenos de alegría. Tampoco los de Julio, demasiado reservado o a la defensiva vaya-a-saber-uno-por-qué.
Y también pensé en qué me hace brillar los ojos a mí. Ver a cualquier persona con los ojos brillantes de vida me hace brillar los ojos a mí también. Hablar de matemática y de Humberto y de Cortázar y de Ursula Le Guin y de Tía Aurelia y de Pachi y de otras cuantas personas más me hacen brillar los ojos.
en fin. Tengo que trabajar y mi momento ocioso se da por acabado~~~
Dia loco hoy, de trabajo y de stress (se escribe stress, no estres) y de papicarlos y de telefonos y de comida y de telefonos y de excels y carpetas. muchos cigarrillos y el humo ya no sabe si entrar o salir o simplemente molestar entre mis dedos indice y mayor de la mano izquierda, arriesgando la limpieza relativa del teclado con una posible caida de ceniza.
la pantalla empieza a convulsionarse y a volver a su estado cuasioptimo sola, como si se permitiera un momento de rebeldia pppppppppp (no recuerdo la palabra con p) (me la acorde y la volvi a perder). mi galera esta muy triste en mi fvestidor, y ese está quería tener tilde pero no tengo ganas de andar borrando.
Descubri que tocar el cello enfrentada a la pared, a un metro de distancia favorece muchisimo a algo que ya me olvide como se llamaba mientras me doy cunta que TODAVIA no puedo tipear sin mirar el teclado. enter, borrar, enter borrar y en espera de algo que se me cruze en la cabeza.
mi papa tiene una extraña tendencia a hablar de mi madre cuando volvemos del trabajo, y a veces puedo soportarlo pero a veces solo quiero que CAMBIE DE TEMA. la negrita no está funcionando, alguien avise a las autoridades competentes.
tiaaurelia no para de hacer chistes (si es que asi se los puede llamar) relacionando gente con los politicos de moda. me exaspera y COMO ME CUESTA TIPEAR HOOOOY.
enter. enter.
quiero hacer cosas, muchas cosas. ando algo neurotica. un cigarrillo no me va a calmar, un abrazo no me va a calmar, un beso tal vez si. un regalo inesperado seria tanto mejor. se me estrangula el brazo con la manga del buzo y no puedo tener movilidad.
de todas maneras nunca TUVE movilidad, por que empezar ahora?
aaaaaaaaa mis musculos piden accion! quiero viajar a algun lado. prontoprontoprontoprontoprontopronto.
[momento de silencio mental]
quería decir alguna que otra frase elaborada, que incluyera la maravillosa palabra "acaso" pero mi mente no piensa en prosa elaborada... aunque algunas veces la sorprendo pensando en inglés. otras veces simplemente piensa en castellano, raras veces en argentino cabeza.
ya no se lo que escribo porque mi monitor decidio volver a rebelarse. las desventajas de tener una carreta por computadora.y luego yo voy a golpearla y moverla con esperanzas de que vuelva al estado que me conviene que esté. que tan contadictorio con mis ideologias es eso? pobre monitor... voy a dejarlo ser hasta que termine de hincharme las pelotas y lo cague a patadas y lo tire por un barranco. si encuentro uno, ni siquiera se como se ve un barranco.
barranco es una de esas tantas palabras que aparecen en mi mente como etiquetas para una carpeta mental sin contenido.... es loco usar lpalabras que no se que significan pero creo saber lo que significan y las uso igual porque suenan bien y me hacen parecer inteligente y casi que parecen coherentes con mi discurso. a todo esto el monitor SI debe saber lo que es un barranco porque se arreglo solitosolitosolitosolito.
ga me pego la expresión "paaa" y ahora no puedo dejar de usarla. hoy le mande un mensaje en el que decia que la queria y no me respondio, o tal vez si me respondio y yo no lo lei, o tal vez si me respondio y si lei lo que queria decirme y yo escribo esto solo para excusarme porque no le respondi. o tal vez si le respondi. te respondi?
yyyyyyyyyyyyyyy mi tejido crece y crece y crece y crece y todavia no se como voy a poder afrontar la responsabilidad de traer un sweater al mundo. no se si voy a ser lo suficientemente buena criándolo y haciendolo sobresalir en un mundo donde los sweaters son taAAAAn competitivos. porque todo fdsalkjflkasjlkjsa es modamodamodamodamodamodamodamodamodamoda y nada de amor, a nadie le importa si alguien te teje un sweater para expresarte cariño o que tiene mucho tiempo libre en la oficina o ambas o ninguna. lo unico que miran es las formas, la gestalt si no me equivoco... y luego juzgan si sos un asesino serial o un completo psicopata o una persona con demasiado tiempo libre y un determinado sentimiento anti-moda o todas o ninguna de ellas.
y mientras sentado en el banco de la plaza hay un linyera cuya razon para vivir es.... momento, no se cual es. uno de mis sueños frustrados es ser amiga de un linyera y que me cuente los secretos de la vida. porque es obvio que los linyeras saben mas de lo que parece. son como agentes encubiertos o simplemente gente que paso-del-decir-al-hacer y se alejo de esas cosas feas que tiene el mundo. aunque no hay cosas feas en el mundo. hasta los jeans tienen algo de lindo (dios me libre).
y aca es cuando alguna vieja chismosa quejosa te dice que depende desde uno lo mire y no se la cree. porque una de las grandes diferencias entre los que entienden algo y los que no entienden absolutamebte nada es creer DE VERDAD en que depende.
aca en esta funcion loca que es la vida, la sociedad, la misa, la ropa, la fisica cuantica y las papas fritas hay tantas variables como cantidad de confianza que le tengas a la palabra depende.
y no puedo evitar acordarme de la cancion de jarabe de palo o de mana o de alguno de esos mexicanos que tienen ya bastantes años como para hacerse los latin-lovers y me acuerdo que tiene un ritmo divertido y una letra algo incoherente, pero no tan incoherente como la palabra depende demanda.
[pitada de cigarrillo, destension muscular]
y veo una foto y me acuerdo de unas vacaciones en mar del plata hace millones de años, cuando andres mi hermano tenia todavia el pelo largo y todavia era mi hermano y no un chabon que aparece de vez en cuando los domingos a traerme un sweater de su nunca-tan-adorable novia para que yo le teja un sweater por su cumpleaños. y en esas vacaciones yo era chica y cantaba a los gritos en una habitacion de un hotel de poca monta pero muy familiar, en el que se tomaba el te con intenciones de vajilla fina y le destruia el trasero a mi abuela en la escoba de quince.
y ahora me acuerdo de cortazar. mi papa no leyo cortazar... me dijo que no paso de la mitad de rayuela, justo la mejor parte pero seguro que ni lo noto porque ese libro no esta hecho para gente que trabaja los domingos y creen que lo mas importante es llevar el pan a la mesa.
y mis manos se ponen frias y el ruido del televisor se cuela por la rendija (no se escribia asi, estoy casi segura) de la puerta cuando mis tecleos no lo sofocan. la tele me molesta pero igual la veo. el cigarrillo me molesta pero igual lo fumo. la ropa me molesta pero igual la uso. uso uso uso uso uso uso uso uso.
yyyyyyyy ahora escucho el ruido de las chancletas de mi papa. ver a mi papa en pijama es algo emocionante. puede matarte. es como la mejor parodia de si mismo.
mi tia me dice nimiedades y se va. oh, que mujer tan maravillosa. no se si hay cielo o no, de verdad no me interesa, pero si no hay entonces los dioses deberian seriamente considerar inaugurar uno para tiaaurelia.
Ayer fue un día... más que completísimo. Jugué un juego loco conmigo misma. Ayer me acordé de cómo era, de lo maravilloso que era ser yo, de la facilidad que tenía para conocer, desconocer y hacer.
Me junté con mi amiga Gaby en la casa de Rita. Fuimos a caminar por una plaza y a ver ropa. Volví a mis quince años. A Gesell, a las vacaciones del mundo real. Compré libros y me reconocí a los diecisiete, cuando los libros eran parte esencial de mi vida. Cuando lo único que me hacía conciliar el sueño era la esperanza de encontrar una persona que haya leido el libro que acababa de leer para comentarlo y recapacitar. Compré una remera y me ví a los 16, buscando cualquier excusa para mostrar mis gustos musicales, mis pasiones y mis mejores intentos.
Volvimos a lo de Rita y en su departamento había niñas vestidas de payasos a la moda. Reí como no recordaba hacerlo, y me ví en ellas a los trece cuando yo también me disfrazaba a la moda y trataba con todas mis ansias ser reconocida. Decidimos nosotras (Ga y yo) hacer también el ridículo y jugamos a la casita para volver a los precoces cinco. Me puse peluca también, y la gente me decía que me quedaba bien. Supongo que eso no fue un recuerdo del pasado, sino un recuerdo del deseo. Muy difícil como para explicar.
Una vez que las niñas empezaron a ponerse odiosas, nos alejamos para bailar, escuchar música y charlar de cosas algo menos superficiales. Pude cantar. Recuperé mi voz y esa fue una de las cuatro cosas más importantes que me pasaron ayer. Había perdido la capacidad de cantar en público a los diez años y volvió junto con las ganas de bailar, sentir la música y el arte. Estabamos entonces escuchando música, charlando y cantando con Ga, Cristina (una extraña que de repente me cayó bien), esporádicamente Rita y un extraño. Pasamos mucho tiempo así, mientras yo iba y venía de ciertos lapsus musicales, paranoicos, sexópatas y de sensaciones bizarras.
En cierto momento hubo también una oportunidad de ser agresivamente sincera, cosa que no era desde los 17 ó 16. De esa manera me sentí de vuelta en mí misma. Ya empezaba a notar que ese día iba a ser definitorio. Con esto cuento mi segundo momento más importante entre los momentos que pasé ayer. Volver a ser ácida, agresiva y sincera me hizo poderosa de vuelta, me reconocí a mí misma haciendo cosas que yo hacía cuando era como quería ser.
Más música, lapsus varios y charlas poco interesantes (y un episodio tenebroso y ridículo que tal vez sea escrito en otro post) pasaron hasta que Ga decidió que no iba a soportar otro flash, otra canción reproducida en celular, otro chillido histérico de las niñas disfrazadas (o disfrasadas?) y terminó gentilmente con la reunión lolita, quedandonos solas en el departamento Gaby, Rita y yo.
Luego de limpiar y ordenar, tuvimos una conversación que fue el punto cúlmine del día. Hablamos de amores novelescos y felices y tristes. Hablamos de alguna que otra fustración y de política. Hablamos de temas existenciales. Temas existenciales. Había olvidado lo maravilloso que era conversar sobre esos temas. No hablamos mucho, pero lo poco que hablamos me bastó para sentirlo: para sentir el alma volver a mi cuerpo al fin, para volver a los tiempos de Sebastián y Enrra, de misticismo e intuición, los tiempos de maravillas reveladas. Esos que no pasaron hace mucho tiempo, pero por razones que creo saber eran más que lejanos. Ga y Rita fueron parte de eso. Y gracias a ese momento de iluminación, tristeza y desesperación volví a mí por quien-sabe-qué vez. Tal vez fue la tercera vez, o la segunda, o la primera... incluso por qué no la única vez. Pero volví a mí. Y ese es el tercer momento crucial en el día de ayer.
Con esto ellas se volvieron mis maestros y mis compañeras. Tuvieron una participación inevitable e importantísima en esto loco que me pasó. Por lo tanto, quieran o no se volvieron pilares de mí. En eso consiste el cuarto y último momento especial del día de ayer. Ahora cuento cerca mío a más gente. Más gente siendo parte de mí. Cuando lo noté... las ví. Fue loco y no espero que alguien lo comprenda. Pero ellas ya no eran Ga y Rita sino, tal vez, una obra de arte. Al principio fue chocante verlas -no en un sentido figurado sino sensorialmente- como pinturas de ellas mismas, con más contrastes y colores saturados. Pero extraño como fue, sé que no fue una jugarreta de mis ojos o mi mente: ellas cambiaron en mi concepción. Ellas son algo diferente ahora.
Ayer fui niña, adolescente y mujer. Ayer fui artista, científica, madre y bruja. Ayer canté, bailé, reí, jugué, hablé como no hacía hace un año, dos años, diez o tal vez mil. Insisto en que fue un día completísimo. Inolvidable.
