Dale

me dejás jugar? yo quiero jugar. Dale. Por favor, dejame jugar. Dale, ya me vine hasta acá... me prometiste que ibamos a jugar. No me pongas excusas. Jugar sola no es divertido, jugar es divertido cuando jugas conmigo. Mirame. Prestame tus ojos y tu cartuchera, que no traje el marcador rojo. Ay daaaaaaaale, no me dejes acá tirada esperandote! llueve y hace frío y la lluvia y el frío no son lindos si vos no estás. Quedate conmigo Lu, quedate conmigo Ga, quedate conmigo Julián. No quiero que te vayas. Sos una buena alucinación y no quiero que te esfumes. no quiero quedarme sola, la oscuridad no me da miedo pero no me puedo dormir!





Alucinarte. Jugar. Eso quiero. Tanto vos como yo como los dos. quiero una alucinación ahora... ya no soporto la lejanía. Ya no quiero estar cansada, ya no quiero que me alejes. Me duele que me alejes, que me ignores o me pongas una mano en la cara, yo quiero que me acaricies. Ay Ga, ay Julián, ay Lu, si tan solo entendieran todo lo que pasa.

Polinomio Interpolador de Lagrange [por Seb]

Lu says: haceme una exposicion sobre el polinomio interpolador de lagrange


S says: Debemos irnos a la antigua grecia


S says: cuando Aristoclepes Polinomio


S says: descubrio lo despues llamado "polinomio" en su honor


S says: es una maquina que permite


S says: que las personas tengan una personalidad bipolar


S says: peroq ue solo la sabe menajar


S says: Francois Lagrange su creador


S says: Como este invento fue muy cuestionado


S says: fue sacado de circulacion (?), y se destruyo


S says: para no mas volver


Lu says: wow


Lu says: contame mas, estoy muy interesada


S says: Ah, ahora una funcion matematica lleva su nombre tambien


S says: para hacer olvidar ese oscuro experimento


Lu says: y que hace esa funcion?


S says: interpola


S says: =)


S says: unos puntos dados a la forma de lagrange


Lu says: que es interpolar?


S says: el nombre mismo lo dice


S says: cambiar de polo

~~ rulos y alucinaciones y viajes. [azar]

Un día le dije a alguien que era narcisista más que nada cuando mis rulos estaban lindos. no lo pensé muy bien, como la mayoría de las cosas que digo... pero hoy me dí cuenta que tiene muchísimo sentido. Los rulos lindos son como... un azar buscado. No van a salir porque sí de cualquier cabeza. Vos tenés que buscarlos sí o sí, pero que lleguen o no es cuestión de azar. Cuando tengo rulos lindos es porque el azar está de mi lado, y todo tiene sentido. Porque yo dependo del azar en una medida mayor que muchas otras personas. Yo me dejo mover por el azar. Elijo ser su instrumento y su juguete. No sé muy bien por qué siempre me dejé llevar por el azar, por la causalidad... no me sorprendería que sea por simple comodidad, para evitar tener que ser yo la que tomara las desiciones, o tal vez sea porque quiero ser siempre niña, y los niños juegan con el azar. Tal vez sea porque no sé por qué pero por alguna razón dejarte llevar por el azar simplemente funciona, así que yo sólo abrazo la posibilidad y juego con ella y luego que el azar haga lo suyo y me dé o no rulos. Y todo esto a cuenta de que mis rulos hoy están fabulosos: así que ya sé que el azar está de mi lado y soy feliz. Hoy mientras me bañaba tenía una discución alucinada con un monstruo que era al mismo tiempo yo y pablo y papá pero en el momento en el que tuve la discusión el monstruo tenía nombre y cara de pablo. y cuando discutía le decía que ya habíamos hecho todo juntos, que me olvide y que me supere de una vez porque yo no quería estar más cerca de él. Hace un rato pensaba también que ya no me siento cómoda en su presencia porque me dí cuenta que cerca de él yo no era yo sino una cara monstruosa que se movía por él y para él y que ahora soy otra cara monstruosa que se mueve para mí y para otras personas que no son él. Entonces mi discusión alucinada era rima y canto y todo lo que le decía era verdad no sólo para él sino también para mí y para papá. y por qué no para el universo. Pero bueno, en ese momento el monstruo se llamaba Pablo y no Lucía y no Carlos. Todo porque me murmuró una cosa por lo bajo ayer en la facultad. Seguro que piensa cualquier cosa de mí pero no espero que me entienda. No espero que nadie me entienda o tal vez Ga, que es la única persona que es capaz de entenderme por completo porque no es nada parecida a mí pero puede entender de todas maneras. Persona importante y maravillosa: Ga. Ga con su tristeza y yo sin saber cómo ayudarla porque somos tan diferentes y ninguna fórmula que funciona conmigo (de las cuales conozco bastantes) funciona con ella. Y me duele la impotencia de no poder ver feliz a Ga que es mi imagen en negativo y mi conciencia y emisora de mucha de la magia que recibo todos los días. Y cuando Ga se desmorona no es una fiesta como la que es cuando yo me desmorono. Desmoronarme siempre es bueno pero Ga no se puede desmoronar porque a ella le duele y a mí me lastima que le duela. Entonces el Universo me juega una doble mala pasada, porque ella está triste y eso me duele y porque también me duele la impotencia. Pero Ga no se tiene que preocupar porque a mí me duela su dolor. El dolor que es mío es bienvenido siempre y ella lo sabe, aunque duela y a veces me haga llorar. Pero como decía, no espero que nadie excepto Ga me entienda, y aún así me duelen muchísimo los malentendidos. Es una de las tres cosas que más me lastiman del Universo. Las cosas que más me lastiman son: los malentendidos, que me abandonen y la impotencia. Los abandonos que más me duelen son los casos en los que yo me abandono a mí misma, como está pasando ahora. Cuando quiero mantener a alguien cerca, me invento una Lu diferente a la que soy (la Lu que soy es la Lu que quiero ser) porque me da miedo que la Lu que soy espante a la persona que quiero tener cerca. Pero muy adentro, muy muy adentro, me siento ultrajada por todo eso, y me voy abandonando a mí misma como un personaje de novela mexicana que se va con un portazo. Y decidir volver a mí tarda más y cuesta más de lo que me gustaría, y volver a mí efectivamente es otro gran viaje.

Seb

Hace unos momentos, Seb improvisó la historia de amor más convincente que haya leído, después de la de Rayuela. Enjoy.









Lu said:


no se, nunca te vi en persona


S said:


me das verguenza


Lu said:


no se


S said:


nunca?


S said:


muejejej


S said:


yo te veo todos los dias =)


Lu said:


no me acuerdo si te conozco o no


S says:


fue lo mas horrible q pudiste decirme


Lu says:


aaaaaaaaaaaaaawwwwwwwww por que?!



S says:


no te acordas


S says:


de la colonia?


Lu says:


no


S says:


fuimos juntos


S says:


me gustabas mucho


S says:


y te segui


S says:


hasta hoy


S says:


nos sentabamos juntos


S says:


en el micro


S says:


y te compartia mi juguito baggio















Seb es esa persona que me alegra las mañanas vía msn, un personaje extraño y divertido que afortunadamente apareció en mi msn por razones todavía no conocidas. Y siempre cae con maravillas.

Carta a una señorita en París

Una voz en mi cabeza sigue insistiendo cada vez más frecuentemente que relea Carta a una señorita en París. Una gran pieza de arte que es etérea y sugerente y se te escapa de las manos como agua o seda. Pero cuando lográs sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas: los conejitos esperando salir... entonces todo esto empieza a cobrar sentido pero cuando te perdés entre conejitos y desorden y muebles mordisqueados es cuando Cortázar vuelve una y otra vez a tener razón. A estar dentro tuyo. Todavía no releí Carta a una señorita en París: le tengo un poco de miedo. Pero lo recuerdo vívidamente en mi cabeza. Sé que cuando tenga el coraje de leerlo por la que creo sería la cuarta vez, todo va a ser diferente. Para los que todavía no tuvieron el gran placer:







Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien porque me duele ingresar en un orden cerrado, construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su casa preservan la música de la lavanda, el aletear de un cisne con polvos, el juego del violín y la viola en el cuarteto de Rará. Me es amargo entrar en un ámbito donde alguien que vive bellamente lo ha dispuesto todo como una reiteración visible de su alma, aquí los libros (de un lado en español, del otro en francés e inglés), allí los almohadones verdes, en este preciso sitio de la mesita el cenicero de cristal que parece el corte de una pompa de jabón, y siempre un perfume, un sonido, un crecer de plantas, una fotografía del amigo muerto, ritual de bandejas con té y tenacillas de azúcar... Ah, querida Andrée, qué difícil oponerse, aun aceptándolo con entera sumisión del propio ser, al orden minucioso que una mujer instaura en su liviana residencia. Cuán culpable tomar una tacita de metal y ponerla al otro extremo de la mesa, ponerla allí simplemente porque uno ha traído sus diccionarios ingleses y es de este lado, al alcance de la mano, donde habrán de estar. Mover esa tacita vale por un horrible rojo inesperado en medio de una modulación de Ozenfant, como si de golpe las cuerdas de todos los contrabajos se rompieran al mismo tiempo con el mismo espantoso chicotazo en el instante más callado de una sinfonía de Mozart. Mover esa tacita altera el juego de relaciones de toda la casa, de cada objeto con otro, de cada momento de su alma con el alma entera de la casa y su habitante lejana. Y yo no puedo acercar los dedos a un libro, ceñir apenas el cono de luz de una lámpara, destapar la caja de música, sin que un sentimiento de ultraje y desafio me pase por los ojos como un bando de gorriones.







Usted sabe por qué vine a su casa, a su quieto salón solicitado de mediodía. Todo parece tan natural, como siempre que no se sabe la verdad. Usted se ha ido a París, yo me quedé con el departamento de la calle Suipacha, elaboramos un simple y satisfactorio plan de mutua convivencia hasta que septiembre la traiga de nuevo a Buenos Aires y me lance a mí a alguna otra casa donde quizá... Pero no le escribo por eso, esta carta se la envío a causa de los conejitos, me parece justo enterarla; y porque me gusta escribir cartas, y tal vez porque llueve.







Me mudé el jueves pasado, a las cinco de la tarde, entre niebla y hastío. He cerrado tantas maletas en mi vida, me he pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte, que el jueves fue un día lleno de sombras y correas, porque cuando yo veo las correas de las valijas es como si viera sombras, elementos de un látigo que me azota indirectamente, de la manera más sutil y más horrible. Pero hice las maletas, avisé a la mucama que vendría a instalarme, y subí en el ascensor. Justo entre el primero y segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito. Nunca se lo había explicado antes, no crea que por deslealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la gente que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual que se guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer) en la privacía total. No me lo reproche, Andrée, no me lo reproche. De cuando en cuando me ocurre vomitar un conejito. No es razón para no vivir en cualquier casa, no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose.







Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejilo de chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano. Busca de comer y entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran maceta donde crece el trébol que a propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol tierno con un veloz molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta a la de tantos que compran sus conejos en las granjas.







Entre el primero y segundo piso, Andrée, como un anuncio de lo que sería mi vida en su casa, supe que iba a vomitar un conejito. En seguida tuve miedo (¿o era extrañeza? No, miedo de la misma extrañeza, acaso) porque antes de dejar mi casa, sólo dos días antes, había vomitado un conejito y estaba seguro por un mes, por cinco semanas, tal vez seis con un poco de suerte. Mire usted, yo tenía perfectamente resuelto el problema de los conejitos. Sembraba trébol en el balcón de mi otra casa, vomitaba un conejito, lo ponía en el trébol y al cabo de un mes, cuando sospechaba que de un momento a otro... entonces regalaba el conejo ya crecido a la señora de Molina, que creía en un hobby y se callaba. Ya en otra maceta venía creciendo un trébol tierno y propicio, yo aguardaba sin preocupación la mañana en que la cosquilla de una pelusa subiendo me cerraba la garganta, y el nuevo conejito repetía desde esa hora la vida y las costumbres del anterior. Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir. No era tan terrible vomitar conejitos una vez que se había entrado en el ciclo invariable, en el método. Usted querrá saber por qué todo ese trabajo, por qué todo ese trébol y la señora de Molina. Hubiera sido preferible matar en seguida al conejito y... Ah, tendría usted que vomitar tan sólo uno, tomarlo con dos dedos y ponérselo en la mano abierta, adherido aún a usted por el acto mismo, por el aura inefable de su proximidad apenas rota. Un mes distancia tanto; un mes es tamaño, largos pelos, saltos, ojos salvajes, diferencia absoluta Andrée, un mes es un conejo, hace de veras a un conejo; pero el minuto inicial, cuando el copo tibio y bullente encubre una presencia inajenable... Como un poema en los primeros minutos, el fruto de una noche de Idumea: tan de uno que uno mismo... y después tan no uno, tan aislado y distante en su llano mundo blanco tamaño carta.







Me decidí, con todo, a matar el conejito apenas naciera. Yo viviría cuatro meses en su casa: cuatro -quizá, con suerte, tres- cucharadas de alcohol en el hocico. (¿Sabe usted que la misericordia permite matar instantáneamente a un conejito dándole a beber una cucharada de alcohol? Su carne sabe luego mejor, dicen, aunque yo... Tres o cuatro cucharadas de alcohol, luego el cuarto de baño o un piquete sumándose a los desechos.)







Al cruzar el tercer piso el conejito se movía en mi mano abierta. Sara esperaba arriba, para ayudarme a entrar las valijas... ¿Cómo explicarle que un capricho, una tienda de animales? Envolví el conejito en mi pañuelo, lo puse en el bolsillo del sobretodo dejando el sobretodo suelto para no oprimirlo. Apenas se movía. Su menuda conciencia debía estarle revelando hechos importantes: que la vida es un movimiento hacia arriba con un clic final, y que es también un cielo bajo, blanco, envolvente y oliendo a lavanda, en el fondo de un pozo tibio.







Sara no vio nada, la fascinaba demasiado el arduo problema de ajustar su sentido del orden a mi valija-ropero, mis papeles y mi displicencia ante sus elaboradas explicaciones donde abunda la expresión «por ejemplo». Apenas pude me encerré en el baño; matarlo ahora. Una fina zona de calor rodeaba el pañuelo, el conejito era blanquísimo y creo que más lindo que los otros. No me miraba, solamente bullía y estaba contento, lo que era el más horrible modo de mirarme. Lo encerré en el botiquín vacío y me volví para desempacar, desorientado pero no infeliz, no culpable, no jabonándome las manos para quitarles una última convulsión.







Comprendí que no podía matarlo. Pero esa misma noche vomité un conejito negro. Y dos días después uno blanco. Y a la cuarta noche un conejito gris.







Usted ha de amar el bello armario de su dormitorio, con la gran puerta que se abre generosa, las tablas vacías a la espera de mi ropa. Ahora los tengo ahí. Ahí dentro. Verdad que parece imposible; ni Sara lo creería. Porque Sara nada sospecha, y el que no sospeche nada procede de mi horrible tarea, una tarea que se lleva mis días y mis noches en un solo golpe de rastrillo y me va calcinando por dentro y endureciendo como esa estrella de mar que ha puesto usted sobre la bañera y que a cada baño parece llenarle a uno el cuerpo de sal y azotes de sol y grandes rumores de la profundidad.







De día duermen. Hay diez. De día duermen. Con la puerta cerrada, el armario es una noche diurna solamente para ellos, allí duermen su noche con sosegada obediencia. Me llevo las llaves del dormitorio al partir a mi empleo. Sara debe creer que desconfío de su honradez y me mira dubitativa, se le ve todas las mañanas que está por decirme algo, pero al final se calla y yo estoy tan contento. (Cuando arregla el dormitorio, de nueve a diez, hago ruido en el salón, pongo un disco de Benny Carter que ocupa toda la atmósfera, y como Sara es también amiga de saetas y pasodobles, el armario parece silencioso y acaso lo esté, porque para los conejitos transcurre ya la noche y el descanso.)







Su día principia a esa hora que sigue a la cena, cuando Sara se lleva la bandeja con un menudo tintinear de tenacillas de azúcar, me desea buenas noches -sí, me las desea, Andrée, lo más amargo es que me desea las buenas noches- y se encierra en su cuarto y de pronto estoy yo solo, solo con el armario condenado, solo con mi deber y mi tristeza.







Los dejo salir, lanzarse ágiles al asalto del salón, oliendo vivaces el trébol que ocultaban mis bolsillos y ahora hace en la alfombra efímeras puntillas que ellos alteran, remueven, acaban en un momento. Comen bien, callados y correctos, hasta ese instante nada tengo que decir, los miro solamente desde el sofá, con un libro inútil en la mano -yo que quería leerme todos sus Giraudoux, Andrée, y la historia argentina de López que tiene usted en el anaquel más bajo-; y se comen el trébol.







Son diez. Casi todos blancos. Alzan la tibia cabeza hacia las lámparas del salón, los tres soles inmóviles de su día, ellos que aman la luz porque su noche no tiene luna ni estrellas ni faroles. Miran su triple sol y están contentos. Así es que saltan por la alfombra, a las sillas, diez manchas livianas se trasladan como una moviente constelación de una parte a otra, mientras yo quisiera verlos quietos, verlos a mis pies y quietos -un poco el sueño de todo dios, Andrée, el sueño nunca cumplido de los dioses-, no así insinuándose detrás del retrato de Miguel de Unamuno, en torno al jarrón verde claro, por la negra cavidad del escritorio, siempre menos de diez, siempre seis u ocho y yo preguntándome dónde andarán los dos que faltan, y si Sara se levantara por cualquier cosa, y la presidencia de Rivadavia que yo quería leer en la historia de López.







No sé cómo resisto, Andrée. Usted recuerda que vine a descansar a su casa. No es culpa mía si de cuando en cuando vomito un conejito, si esta mudanza me alteró también por dentro -no es nominalismo, no es magia, solamente que las cosas no se pueden variar así de pronto, a veces las cosas viran brutalmente y cuando usted esperaba la bofetada a la derecha-. Así, Andrée, o de otro modo, pero siempre así.







Le escribo de noche. Son las tres de la tarde, pero le escribo en la noche de ellos. De día duermen ¡Qué alivio esta oficina cubierta de gritos, órdenes, máquinas Royal, vicepresidentes y mimeógrafos! Qué alivio, qué paz, qué horror, Andrée! Ahora me llaman por teléfono, son los amigos que se inquietan por mis noches recoletas, es Luis que me invita a caminar o Jorge que me guarda un concierto. Casi no me atrevo a decirles que no, invento prolongadas e ineficaces historias de mala salud, de traducciones atrasadas, de evasión Y cuando regreso y subo en el ascensor ese tramo, entre el primero y segundo piso me formulo noche a noche irremediablemente la vana esperanza de que no sea verdad.







Hago lo que puedo para que no destrocen sus cosas. Han roído un poco los libros del anaquel más bajo, usted los encontrará disimulados para que Sara no se dé cuenta. ¿Quería usted mucho su lámpara con el vientre de porcelana lleno de mariposas y caballeros antiguos? El trizado apenas se advierte, toda la noche trabajé con un cemento especial que me vendieron en una casa inglesa -usted sabe que las casas inglesas tienen los mejores cementos- y ahora me quedo al lado para que ninguno la alcance otra vez con las patas (es casi hermoso ver cómo les gusta pararse, nostalgia de lo humano distante, quizá imitación de su dios ambulando y mirándolos hosco; además usted habrá advertido -en su infancia, quizá- que se puede dejar a un conejito en penitencia contra la pared, parado, las patitas apoyadas y muy quieto horas y horas).







A las cinco de la mañana (he dormido un poco, tirado en el sofá verde y despertándome a cada carrera afelpada, a cada tintineo) los pongo en el armario y hago la limpieza. Por eso Sara encuentra todo bien aunque a veces le he visto algún asombro contenido, un quedarse mirando un objeto, una leve decoloración en la alfombra y de nuevo el deseo de preguntarme algo, pero yo silbando las variaciones sinfónicas de Franck, de manera que nones. Para qué contarle, Andrée, las minucias desventuradas de ese amanecer sordo y vegetal, en que camino entredormido levantando cabos de trébol, hojas sueltas, pelusas blancas, dándome contra los muebles, loco de sueño, y mi Gide que se atrasa, Troyat que no he traducido, y mis respuestas a una señora lejana que estará preguntándose ya si... para qué seguir todo esto, para qué seguir esta carta que escribo entre teléfonos y entrevistas.







Andrée, querida Andrée, mi consuelo es que son diez y ya no más. Hace quince días contuve en la palma de la mano un último conejito, después nada, solamente los diez conmigo, su diurna noche y creciendo, ya feos y naciéndoles el pelo largo, ya adolescentes y llenos de urgencias y caprichos, saltando sobre el busto de Antinoo (¿es Antinoo, verdad, ese muchacho que mira ciegamente?) o perdiéndose en el living, donde sus movimientos crean ruidos resonantes, tanto que de allí debo echarlos por miedo a que los oiga Sara y se me aparezca horripilada, tal vez en camisón -porque Sara ha de ser así, con camisón- y entonces... Solamente diez, piense usted esa pequeña alegría que tengo en medio de todo, la creciente calma con que franqueo de vuelta los rígidos cielos del primero y el segundo piso.







Interrumpí esta carta porque debía asistir a una tarea de comisiones. La continúo aquí en su casa, Andrée, bajo una sorda grisalla de amanecer. ¿Es de veras el día siguiente, Andrée? Un trozo en blanco de la página será para usted el intervalo, apenas el puente que une mi letra de ayer a mi letra de hoy. Decirle que en ese intervalo todo se ha roto, donde mira usted el puente fácil oigo yo quebrarse la cintura furiosa del agua, para mí este lado del papel, este lado de mi carta no continúa la calma con que venía yo escribiéndole cuando la dejé para asistir a una tarea de comisiones. En su cúbica noche sin tristeza duermen once conejitos; acaso ahora mismo, pero no, no ahora. En el ascensor, luego, o al entrar; ya no importa dónde, si el cuándo es ahora, si puede ser en cualquier ahora de los que me quedan.







Basta ya, he escrito esto porque me importa probarle que no fui tan culpable en el destrozo insalvable de su casa. Dejaré esta carta esperándola, sería sórdido que el correo se la entregara alguna clara mañana de París. Anoche di vuelta los libros del segundo estante, alcanzaban ya a ellos, parándose o saltando, royeron los lomos para afilarse los dientes -no por hambre, tienen todo el trébol que les compro y almaceno en los cajones del escritorio. Rompieron las cortinas, las telas de los sillones, el borde del autorretrato de Augusto Torres, llenaron de pelos la alfombra y también gritaron, estuvieron en círculo bajo la luz de la lámpara, en círculo y como adorándome, y de pronto gritaban, gritaban como yo no creo que griten los conejos.







He querido en vano sacar los pelos que estropean la alfombra, alisar el borde de la tela roída, encerrarlos de nuevo en el armario. El día sube, tal vez Sara se levante pronto. Es casi extraño que no me importe verlos brincar en busca de juguetes. No tuve tanta culpa, usted verá cuando llegue que muchos de los destrozos están bien reparados con el cemento que compré en una casa inglesa, yo hice lo que pude para evitarle un enojo... En cuanto a mí, del diez al once hay como un hueco insuperable. Usted ve: diez estaba bien, con un armario, trébol y esperanza, cuántas cosas pueden construirse. No ya con once, porque decir once es seguramente doce, Andrée, doce que serán trece. Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría, los recuerdos, usted y acaso tantos más. Está este balcón sobre Suipacha lleno de alba, los primeros sonidos de la ciudad. No creo que les sea difícil juntar once conejitos salpicados sobre los adoquines, tal vez ni se fijen en ellos, atareados con el otro cuerpo que conviene llevarse pronto, antes de que pasen los primeros colegiales.

Julio Cortázar - Carta a una señorita en París

hoy

hoy




























hoy se termina































hoy se termina la lu


































hoy se termina la lu que te inventé























hoy se termina la lu que te inventé para tenerte cerca






























hoy se termina la lu que te inventé para tenerte cerca y empieza



































hoy se termina la lu que te inventé para tenerte cerca y empieza el monstruo que soy.











































toda esta farsa llegó a su fecha de vencimiento.























si te gusta bien. sino sabés donde está la puerta.

sin título.

y claro, nada de esto es suficiente. yo quiero todo. todotodotodotodotodotodo y el tiempo en contra y vos en contra y el trabajo en contra y tantas cosas contra las que no sé cómo pelear. y la impotencia es una de las cosas que más me molestan, me entristecen, me exasperan. no creo que la esperanza de que algo se supere o el entusiasmo duren por mucho más tiempo. es difícil decir, y siempre hay algo que me hace reconsiderar. el otro día recibí algo lleno de significados, de voces, de caricias. pero todo fue producto de mi imaginación, definitivamente. y esto siempre pasa, es una secuencia, un patrón de lo más molesto. y lo soporto hace bastante tiempo pero no sé cuánto más me vaya a durar. todo es tan lento y tan gradual que lucía pierde la paciencia. pierde la paciencia. pierde la paciencia. pierde la paciencia. pierdelapacienciapierdelapacienciapierdelapacienciapierdelapaciencia que nunca tuvo y trata de inventarse una todos los días sabiendo que todo esto promete mucho, mucho más. pero con promesas no puedo alimentar mi mente. no quiero promesas. me aburren las promesas y no creo en las promesas mas que nada cuando soy yo la que promete o papicarlos. no confío en mí ni en lo que yo prometo que serías si-todo-va-bien. todo esto me cansa, me exaspera y me aburre. falta mucho?

No pierdas el tiempo.

ya se ya se. se que quisieras estar haciendo mil cosas que no son ninguna de las que estas haciendo ahora. que te gustaría tejer y tirarte en el piso y simplemente volar. ya se. pero no podes dejarlo todo ahora. no tenés excusa. no tenés tiempo para perder. tenés que conquistar el mundo. te tenés que conquistar, vos sos el mundo. tenés que despertarte. necesitas esto. no pierdas el tiempo. no te autocompadezcas, nunca te dí ese derecho. no sos una maricona, así que dejá de mariconear o te voy a sacar lo mamerta de a patadas en el orto. ya sé que querés todo eso, si somos la misma persona y yo también lo quiero!!! pero tenemos que hacer esto juntas, o no hacerlo en absoluto. y queremos hacer esto también. quiero sentirme orgullosa de mi Lu. cut the crap AHORA. no te lamentes, no te martirices, no te engañes. no dudes. no pierdas el tiempo. escuchame, que yo soy vos. yo soy tu ambición y tu deseo. yo sé lo que querés. no hay peros ni cansancios. yo solo quiero y ahora quiero que te levantes y muevas ese culo y dejes de creerte todas estas huevadas. ya no tenés excusas, si es que alguna vez las tuviste. La única persona que te obliga a hacer las cosas ahora soy YO. que sos vos. somos el mundo Lu, no pierdas eso de vista. Lider mundial. no pierdas el tiempo. no te lamentes. no hay lugar para el sueño. ya vas a poder dormir en otro momento, esperemos que dentro de mucho, mucho tiempo. hay MUCHAS cosas que hacer, y no puedo sola. te necesito acá. no llores, no te angusties. y por favor POR FAVOR dejale las cosas emo a los nenes de 15 años, que ya estás vieja y arrugada para pelotudeces. ya no hay pablo ni papacarlos ni tiaaurelia ni presiones externas. todo está en nuestra cabeza. todas las presiones se fueron, sólo están las que nosotras decidimos que deben permanecer. vista hacia el futuro, que es hoy. el mundo que es vos y yo y todas nuestras alucinaciones bellas y aterrorizantes espera. juguemos, con una sonrisa en la cara. así todos van a vernos. todos que son vos misma y tus alucinaciones convenientes. este es el último momento libre que vas a tener. Cuando llame hermanoandres para salir, se acabó el recreo. llegás y te ponés a hacer cosas, me escuchaste. no podes perder el tiempo. no podemos perder la valentía, ni las ganas ni las papichas ni el amor. y si lo perdemos podemos inventarlo. no importa que no tengas un mango, podemos buscar la manera de sobrevivir sin cigarrillos. no importa que el trabajo y la facultad te coman todo el tiempo. podemos vivir en nuestros sueños. si aun queres más, simplemente PEDILO. pero cuidado con lo que pedís, no podés esperar nada a cambio. si pedís, anula tu pedido ni bien lo hiciste, no esperes que pase. si pasa será una sorpresa y si no pasa podés ocuparte de-otra-cosa-mariposa. hoy terminás esa pollera pero te sentás bien así mañana no lloras por el dolor de espalda. frente en alto señorita. el mundo espera sentado y el sol se cae de a poco, pero todavía está la noche. a quien le importa que los de fibertel sean unos estafadores y haya que hacer trámites ridículos en el IERIC y tengas que usar el método del Hessiano para calcular máximos y mínimos que a nadie le importan?! sólo aprendé, fagocitá y jugá todo lo que puedas. exprimí. somos grandes y niñas Lu, no podemos perder el tiempo. tenemos muchos muchos juegos por jugar.











~~Lu cagando a pedos a Lu.














~~ todo esto podría ser dicho a Ga con la misma vehemencia. Juguemos, Ga, que el mundo espere.

Qué deseo quiero ser?

que loco esto de los deseos. hay deseos tan generales como particulares como
termino-medio o vuelta-y-vuelta. La gente desea muchas cosas, supongo que
porque es gratis. La gente no escatima en cosas que se le ofrecen gratuitamente,
pero muy pocos estan dispuestos a ofrecer algo a cambio de nada. Tal vez ofrezcan
cosas aparentemente gratuitas, como los 100 minutos gratis que te ofrece una
empresa telefónica, pero generalmente los ofrecimientos aparentemente gratuitos de
la gente buscan algun beneficio. El universo funciona muy diferente, como ya lo
sabemos. No escatima en cantidades, algunas veces sí en especias. Pero la mayoría
de las cosas que tiene el universo están a tu alcance, si es que tenés la suerte de
que nadie se lo llevó antes. Y el universo tiene una fuente inagotable de deseo,
como todo niño. Entonces yo y vos y el boludo de allá se agarran un poco de deseo
y lo llaman propio. "Tengo ganas de jugar al fútbol". No, el universo tenía ganas de
jugar al futbol y vos viniste y le sacaste las ganas para quedartelas vos. A veces se
te van las ganas y simplemente era el universo reclamando lo propio, cuando se da
cuenta que no vas a hacer nada al respecto. Que loco todo eso, todos los deseos
que tiene el Universo y a veces vos te agarrás uno, como un bicho que viene de
quién-sabe-donde y se te queda pegado a la pierna hasta que te sarandeás un rato
y te lo sacás de encima o te acostumbrás a la molestia hasta que el bicho se va
porque se aburrió de molestarte. Aunque creo que es más plausible que el Universo
reparta los deseos como regalos, un niño que a veces le pinta el compañerismo y
viene y te regala un caramelo-deseo. Entonces vos no sabés de donde viene y tal
vez te agarra mal parado pero siempre terminas recibiendo tu regalo. A veces hacés
algo al respecto y a veces no, entonces el Universo viene medio enojado y te lo
saca y a vos te agarra una sensación de vacío. Pero la pregunta es, qué tipo de
deseo quiero ser. Hay una gama infinita, por lo que no espero considerar todos los
deseos del universo, sólo los que se me ocurren ahora. Yo quisiera ser el deseo de
felicidad, de esos que te agarran cuando las cosas están tan aburridas o grises o
tristes o desesperantes. También está bueno el deseo sexual. Ese viene muy
seguido y a veces se satisface y a veces no y es uno de los que más pesa, más
molesta y más mueve. Se me ocurren varios deseos, algunos disfrazados de
necesidades. Un deseo que se vuelve necesidad ya es otra cosa, ya no sé si es un
deseo ansioso o una urgencia cósmica o simplemente ir al baño o comer un
sandwich. Pero es algo que no tengo ganas de pensar ahora. Ahora sólo quiero ser
deseo. Motus Propio. Sexo y felicidad y hambre y bailar.










~~pregunta que me hizo seb y me quedó zumbando en la cabeza~~

motus propio.

y por que soporto todo esto!? otra vez la sensación constante de presión, de ser fijamente observada por mí misma. mucha presión, mucha presión. que la facultad que no hay que descuidar, que el trabajo que no hay que descuidar, que lo de las tutorías que hay que estar pendientes, que lo de tener una vida, que no hay que descuidar. etcetera. etcetera. entonces yo tengo todas estas cosas para hacer y lo unico que quiero ahora es DETENERME DE VERDAD pero cuando de verdad puedo hacerlo me agarra esta cólera hacia el universo porque no me siento de completamente amada y hay-tantas-cosas-por-hacer y me rayo incesantemente y sin asco a la situación hasta que, del fastidio generalizado que es mi humor me doy media vuelta y me tiro a dormir. y el problema es que ya las vías de escape son cada vez más intrincadas, más laberínticas. no puedo dejar de ir a la facultad: me costaría un cuatrimestre y desperdiciaría mucho tiempo y esfuerzo por unas semanas de libertad. no puedo dejar el trabajo: la obvia razón monetaria no se compara con que la carga de culpa que implicaría dejar a mi padre en banda en plena temporada. y yo en el medio, que ni loca abandono lo poquísimo de vida social que me queda. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa hasta cuanto más voy a soportar esta cólera?! no aguanto NO AGUANTO NO PODER DECIR BASTA. NO AGUANTO NO PODER ESCAPARME YA DE ESTO QUE ME SOFOCA TANTO y el aire pesado y las bocinas y los espacios duales y los pelos de gato y los rulos y las biromes y el reloj y mas que nada mas que ninguna otra cosa el reloj y no tengo ningun abrazo y nada de nada de cariño salvo el monopoly semanal y unas cuantas alucinaciones bondadosas de cuando vuelo o simplemente alguien me quiere como yo quiero que me quiera y tiaaurelia regalandome un detalle por motus propio y yo quiero motus propio, no reloj, no hora, no birome, no agenda, no constructora buenas tardes quiero motus propio y pollera y dormir y tejer y comer y fumar tirada en el jardín rompiendme los ojos con el sol y no lo siento nada de eso siento porque estoy aca en frente de una computadora pero todavia no se si por motus propio o ajeno o ambos o ninguno.

Brrrrr

esto o aquello y lo que pensaba en el colectivo el otro dia que decia mas o menos como luces que se convierten en estrellas y la oscuridad en mundo y que vos no estas ahi y que de todas maneras no deberias estar, y otras clases de cosas emo que no vienen al caso porque ahora no quiero ser emo. simplemente quiero resolver por que estoy tan fastidiada con esta situacion que ni siquiera se cual es. de haber una situacion, la situacion me exaspera bastante pero lo mas probable es que me exaspere que no haya situacion si es que de verdad no la hay. y ayer me quemé bastante pero que demonios, no estoy para boludeces de fuego y viento y ojos. asi que al carajo con todo y ga ya entenderá que es ella en la que puedo contar como voz de mi conciencia. si es que existe. y ya todo parece haber vuelto a esa normalidad enfermiza y es por eso que tal vez me quede toda la noche tejiendo. para canalizar la enfermedad en la que consiste la semana en punto-derecho-punto-revés. te responderia pero no tengo nada que decirte. tal vez es eso lo que más me molesta de todo. ya casi no tengo nada que decir. que podria decir?! a nadie le importa, o lo que es lo mismo, a mi no me importa. pero de todas maneras requiero enormemente el contacto entonces me empieza a importar más de la cuenta tener algo que decir y es ahi cuando mas me exaspero. y todo lo que paso en la mañana no fue para nada justo, una vez que había tomado una verdadera desición. de verdad nunca voy a dejar de fumar si sigo con este ritmo. cerrate CERRATE YA NO NECESITO TODO ESTO. no se por que me rebajo, ayoupiouasdkjdhakjdsah por que por que poeuerwirkn no quiero levantarme. quiero que nada de esto esté en mi mente. quiero que desaparezca de una vez por todas porque de verdad se está volviendo algo bastante nocivo. ya me empieza a correr un aire de desanimo que es tan familiar, que solía estar por todos lados en mis épocas grises y azules. que ridiculo. sin embargo todo esto podría terminar ya, ahora mismo, si tan solo tuviese la fuerza de voluntad de decir YA BASTA. pero para eso debería dejar de fumar y perder mi sí fácil. y eso es mucho más difícil que decir dos palabras.

El pacto

Y hoy.... t menos papichas para la felicidad, hasta que la felicidad llegó, perduró y se fue. Y cuando llegó ya tenía el gustito de lo no definitivo: yo lo conozco muy bien. Últimamente también tengo muchas sensaciones de no-definitivos: como si algo no está donde debería estar. Nunca o tal vez siempre o sólo algunos días. Qué tristeza cuando la energía se fue... qué tristeza. Porque, aunque yo ya sabía que no iba a tardar mucho en desaparecer, siempre las despedidas son trágicas. Y heme aquí: hace quince minutos yo quería festejar mis triunfos y mis riesgos y mis derrotas, ahora, algo ebria y adormecida y angustiada y perdida y lamentable, ya solo quiero dormir. Y lo peor es que sé muy bien qué me devuelve el alma al cuerpo, qué me hace despertar del letargo del desánimo. pero no quiero decirlo muy seguido porque tengo como un pacto interno de lo más ridículo. Un pacto estúpido y niño y sin sentido, pero un pacto en sí. Y por eso no me puedo decir ni a mí misma ni a nadie (ustedes no son nada más que el producto de mi imaginación) qué es lo que me hace feliz, lo que me mueve de la silla y de la cama y del ejercicio de análisis, lo cual sí que es un logro. Yo sé la respuesta y la sé y la sé pero este estúpido pacto en el medio impidiéndome que lo cante a gritos, como si lograra algo comiéndome las palabras y las sonrisas. Tal vez sí y tal vez no. Lo único que sé es que todo esto me fastidia bastante.

no hoy.

pero a vos te parece?! esto no es para nada coherente. justo hoy, justo ayer. justo justo cuando a mi me llueven problemas y malentendidos y quilombos y suertes y no debería ocupar ahora mi cabeza con preguntas y problemas solo funcionar y pasar el trago amargo del parcial y los presupuestos que se acumulan a medida que yo me pregunto más cosas y sebastián que está por venir a cobrar y esa grúa que se mueve demasiado rápido como para hacerme sentir segura. Por qué entonces a vos que sos yo que no soy más que un espejismo se nos ocurre (a mí y a vos que sos yo y a mí-espejismo) complicarnos las cosas hoy y ayer y seguro que mañana también. habiendo tantas oportunidades para la histeria me viene a llegar justo en este tiempo de parciales y presupuestos y grúas?! por qué?! oh yo no pedí por esto, en realidad sí pero me niego a admitirlo como un niño que se hace el tonto cuando rompe un adorno y es obvio que fue él. aaaaaaaaaaaaaaa pero hacerme la tonta me demanda muchomuchomuchomucho y yo sólo quiero quedarme durmiendo en la cama de julián con el gato y no saber más sobre presupuestos y espacios duales por un rato y después veo si constructora buenos días o tutorías o verdadero para todo n natural. ahora sólo quiero alejarme un rato pero no podría ser menos posible porque los quehaceres se agolpan en mi cara y yo acá tipeando esto y el gato allá durmiendo o ronroneando en los brazos de la mamá de julián y julián en alguna reunión y los pedidos de presupuesto en el outlook y los apuntes de álgebra lineal en mi morral y en mi cabeza todos juntos esperando que les preste atención pero yo no quiero. no hoy. no ayer. probablemente no mañana tampoco. que pocas ganas de enfrentarme a la semana y al mundo y a todo. noquieronoquieronoquiero.

limes característicos de feriado~

y con todo esto me siento perdida en un momento que no me conviene PARA NADA perderme porque en cuatro dias tengo parcial y todavia no se nada y de repente todo es tan confuso y yo no se que pensar porque nada de esto deberia estar sucediendo o debería pero no ahora, justo cuando tengo que dar parcial y no quedarme mirando la pantalla de la pc como una idiota. y que molesto que el mundo vuelva a empezar mañana y mañana enfrentarme al outlook y los cuadernos y constructora buenos dias y de vuelta recordar que tengo que remar hasta el 10 o mas con 300 o menos y el dinero y el tiempo y el centro y la facultad y el parcial y todos esos colectivos por ser tomados sin musica. y las nueve de la noche es una hora hibrida y siempre molesta porque el prospecto de que en veinte minutos te llamen para ir a comer y compartir la mesa con papicarlos y tiaaurelia y la television y es prospecto es bastante deprimente cuando no estan mis hermanos para complotarse contra la amargura de nuestras cenas. y depues es demasiado tarde para salir y demasiado temprano para dormir y demasiado pronto para comer y demasiado imposible para tomar y demasiado paja para estudiar y te quedas mirando fijo la pantalla de la pc esperando que pase algo lo suficientemente interesante para que te distraiga un rato y ya sea coherente irse a dormir con el recuerdo punzante que dentro de unas pocas (siempre son muy pocas) el mundo de la semana vuelve a empezar y no hay mucho que puedas hacer contra el Tiempo, ese puto viejo quejoso que está ahí picándote con su bastón y desanimandote siempre. que ridiculo no poder huir del tiempo. quisiera TANTO huir del tiempo pero el-mundo-gira-y-yo-no-puedo-hacer-mucho-al-respecto mas que pensar que debería hacer esto-y-aquello antes-de-que-sea-tarde. pero al puto del tiempo no le importa las ganas que tengas de hacer las cosas, él simplemente demanda y apura y desanima y aprieta y como quieras-o-no vivis en la realidad (más o menos, depende el caso) tenes que someterte a compromisos tiempo-espacio y es de lo más trágico entrar en ese circuito enfermizo de la agenda y el te confirmo porque no sé si ya arreglé otra cosa porque por esas putas leyes de la física no-se-puede-estar-en-dos-sitios-distintos-a-la-vez a menos que seas agua o aire o espíritu, cosas que, aunque quiera, no soy. entonces me queda revelarme a costa de mi propio perjuicio al tiempo y sus consecuencias pero qué molesto que es.

diálogo-monólogo

- estoy segura que no existis pero por si acaso te pregunto.



existís?



- no.



- y entonces cómo me respondés que no?



si me respondés es porque existís.



- no existo, simplemente estás escuchando tu propia mente hablando.



- mi mente no habla, piensa. no me vengas con boludeces existenciales.



- cree lo que quieras.



- entonces existís, sólo te estás haciendo el misterioso.



por qué querés que crea que no existís?



- porque no quiero mentirte.



- pero si sos, como vos decís, mi propia mente hablando, entonces deberías decirme lo que yo creo saber.



- tu mente sabe más que vos, te lo demostró el otro día.



- pero qué pelotudeces. yo tengo una vida, una familia, un trabajo, un horario. no tengo tiempo para retórica barata.



- entonces simplemente terminá esta conversación, podés hacerlo cuando quieras ya que estás hablado con tu mente.



- pero existís o no existís? y no me vengas con vueltas.



- existo. en tu mente. soy tu búsqueda y tu descontento y existo sólo en el viaje. no existo en la realidad.



- y, solo para confirmar sospechas... qué sería mi mente?



- todo.



- y mi realidad?



- nada.



- y existís?



- no.



- flaco, no te entiendo un carajo.































algún día, tal vez.



andate a cagar.

LuCulo no tenía nada que hacer...

... y editó su perfil.

universo

y si. el universo viene y se te ríe en la cara un rato y te hace ver que vos no tenes nada claro. y el universo se va a contradecir las veces que sea necesario para lograrlo. porque su orden es el Caos, y su poder está en ser impredecible. porque su magia está en hinchar las pelotas, hacerse notar y hacerte entender que no entendés nada. porque en el momento en el que entendes que no entendes nada entonces empezas a entender el universo y es ahí cuando vuelve a lograr que caigas en la trampa y te hace ver de vuelta cuantas-veces-sea-necesario que no lo entendés. que no tenés nada atado. que no vas a poder atar la vaca nunca. porque no hay vaca. no hay nada que entender. o si, depende que tan convencido estes de esto o aquello. la solucion tampoco es -obviamente- ignorarlo, porque de ser porible ignorar el mundo entero, el universo se va a ocupar de prender sus fuegos de artificio en tu cara. y te va a agarrar de vuelta. es un niño caprichoso y vos sos su chiche nuevo y el universo tiene el poder de estirarte y darte vuelta y desarmarte y rearmarte mal. y solo estas salvado si le permitis jugar con vos, si aceptás con regocijo su juego y también su desdén y su malicia inocente de niño. si lográs todo eso el universo puede llegar a quererte siempre que vos no creas que te quiere, por supuesto. tenés que ser bastante bueno engañándote a vos mismo tanto como para engañar al universo mismo, que no es otra cosa que tu mente propia y el reflejo de la ajena. si te sabés engañar lo suficiente, entendés que todo esto es una jugarreta de tu cabeza y que puede terminar en cualquier momento. y las jugarretas de tu cabeza son mucho más intrincadas que la realidad, como ya es costumbre y de conocimiento general. como también todos sabemos, en la realidad no existen cosas tales como un universo niño caprichoso ni una luna adulta y parlante ni rulos ni magia, la realidad es otra cosa mucho menos compleja y mucho mas gris y triste y lineal y simple como la caída del dolar y bailando por un sueño. pero si tenés la valentía de jugar tu propio juego y entrar en el universo caprichoso y en la nube adulta y en la felicidad madre y en el tiempo viejo y quejoso, entonces bueno... juguemos juntos y tal vez te comparta mis caramelos y mi entusiasmo.


















para ga, que siempre empieza la mano de nuestros juegos~

carta

yo no se, pero desde que vos te conseguiste tu estupido bodrio a mi se me fue la buena racha. sabes bien de lo que te hablo porque juntos sospechabamos que no podiamos ser felices -mentira, porque siempre somos felices- no podiamos estar los dos de buen humor al mismo tiempo o en el mismo radio de distancia. pero todo esto es bastante ridículo. es asi como vos siempre me contaste, un puto chiste de mal gusto. antes de tu bodrio yo salia a la calle y la gente me miraba y me devolvia la sonrisa y las cosas parecían salirme bien y vos lo sabes porque de todo esto te enteraste y también de mis rulos que obviamente ahora son una tristeza totalç, no se si te lo estoy contando a vos o simplemente lo hago para enterrar mas la puta nostalgia que siento ahora pero que se yo cachis, creo que me pasaste tu maldicion del universo y no puedo devolvertela porque no te imaginas lo feliz y papichas que me hace verte con ese chabon horrible que se te cruzó y quizas te gusta o tal vez solo estas lo suficientemente desesperado como para tragartelo. el tema es que me encanta ver que el mundo se des-ensañó con vos, pero me hubiese gustado un poquito mas si no se hubiese ensañado conmigo. porque verás, ya no puedo soportarlo. me propuse no ser una lameloide en el trabajo y no lo logré cachis, aun peor: no recuerdo algun momento de mi vida (incluso en los tiempos de la revista) que haya estado más inepta en mi vida. concentración? nada. pero NADA. es ridículo. yo sé que nunca fui la persona más atenta del mundo (dios me libre) pero esto llega a niveles de estupidez suprema. ya no me dan ganas de estudiar ni de salir a la calle ni de nada. quiero quedarme encerrada en tu habitación (la mía es demasiado deprimente) y dormir o quedarme pensando o tejiendo o leyendo o hablando huevadas con mamasusi hasta que se me pase la temporada y no saber mas nada sobre estas pelotudeces que me ponen triste porque no puedo lograr hacer lo que quiero hacer y no tengo a nadie que culpar. tal vez debería ir a la doctora para hacerme análisis, pero tengo que entender de una vez por todas que el hipertiroidismo ya no es una posibilidad y que tengo que afrontar la realidad de que soy una mamerta hecha y derecha, al menos en este estado.

limes que me dejaron mas boba que de costumbre~

hacer un tiempo entre la cena y ponerse a escribir en vez de sumergirse en el estudio de limites intrincados y acotaciones imposibles no es ina buena idea. pero sabe dios que yo no suelo tener buenas ideas asi que que demonios. y que loco que me vengas a buscar justo cuando yo no te busco. sos tan yo. y mi pelo hoy no fue tan maravilloso pero no puedo exigirle siempre al universo rulos fabulosos. las matematicas son definitivamente lo mio, pienso cuando un limite se pone particularmente hinchapelotas. no me imagino haciendo otra cosa. mentira, me imagino haciendo diseño de indumentaria pero no creo tener la paciencia suficiente como para prosperar. quiero cogerte por cinco dias seguidos y despues aspirarme todo el calculo de apostol. que interesante. igual ese libro de apostol es una patada en los huevos, asi que tal vez pueda alternar entre cogerte y aspirarme el apostol por unos diez dias, para que una cosa neutralice a la otra y sea el caos total. sexo y teoremas de calculo. buena combinación. sexo y teoremas de calculo y un décimo de álgebra lineal para sentir el poder en el espacio vectorial. y en las funciones que lo recorren. y en tu cuerpo. y en todas sus combinaciones, que son muchisimas. el espacio vectorial de tu sexo en tu cuerpo, si es que tu cuerpo es abeliano con respecto a la suma y al producto y existe una accion entre tu sexo y tu cuerpo que cumple ciertos otros requisitos. y evaluar para todo n natural la efectividad de una serie en mi mente, donde se alojan todos los espacios vectoriales. mi mente homomorfismo y mi cuerpo abeliano y el tuyo que todavia no probe si es anillo conmutativo. si tan solo entendieras mi lenguaje entenderías que todo esto tiene mas sentido que decir 'te cojo' pero down-to-the-basics y pudrete-en-el-infierno. y en todo esto todavia no tengo la seguridad de la continuidad, que no es mas que que seas lo que pareces ser o te vas al carajo por otro camino. mi continuidad ya la conozco: no existe en lo mas mínimo. pero se va al carajo solo cada 2nmeses para todo n natural que es cuando mi limite no va a donde deberia ir, y luego la osclante continuidad del coseno. el coseno es uno en cero, lo que me gusta mas de lo que me imaginaria a simple vista pero la tangente tiene mas que ver con lo que digo, solo que en los periodos de continuidad no es oscilante y por eso SOLO POR ESO no me cae tan bien.

investigando un poco decidi que yo me comporto bastante como 1/3cos(50x)*tan(2.6/pi*x), pero que demonios. a nadie le interesan tus limes matematicos lu. mas si tus rulos no estan fabulosos. un plano tangente. un plano tangente. un planotangente. unplano tangente. unplanotangenteunplanotangenteunplanotangente. contame como te sentis unplanotangente. acariciar la funcion con unplanotangente. queplanotangentesinososdiferenciableunplanotangente. tal vez. que sucio es usar ese que modulo de x es menor o igual que la norma de x y unplanotangente la derivada parcial en el punto unplanotangente radiohead el cello de du pre unplanotangente mi mente prendiendose fuego requiero thomyorke ahoramismo ahora mismo ahora mismo tangente. delta epsilon limite de mi funcion pero unplanotangente control v. el winplot divino tesoro show me next week estoy perdiendo la cabeza alguien digale a mis dedos que PARENDEESCRIBIR basta de correr showmenextweek AAAAAAAAAAAAAAAA UNPLANOTANGENTEENELGRAFICODELAFUNCIONENELPUNTOXY QUE DEMONIOS COMO PUEDO IMAGINARME SEMEJANTE INCOHERENCIA CUANDO EN REALIDAD TANTO TAYLOR COMO GAUSS TENIAN TODO ESO EN SU CABEZA Y YO NO HAGO MAS QUE ENTROMETERME EN LA CABEZA DE FERMAT Y TAYLOR Y POR QUE NO APOSTOL por que quisiera yo meterme con los pensamientos de gente muerta que probo que la mejor aproximacion polinomial de una funcion se escribe como blahblahblah plano tangente por que yo quisiera menterme TANSOLOENMIPROPIAMENTE necesito descansar me duele la cabeza y mis dedos se atrofian porque no me siguen los pensamientos ya piensan por si mismos en alcanzarme el encendedor sin que mi mente lo haya encontrado previamente askljdlkjaslkjdlksajdlakjdlksaj pero definitivamente este es el estado de extasis en el que quiero estar cuando tengo sexo con un limite de una funcion.